Hemos tenido una semana en la que se han juntado múltiples escenarios poco favorables para la energía fotovoltaica. Hemos tenido no solamente días nublados y con lluvia, lo que disminuye la producción, sino que además hemos tenido una semana marcada por la calima y la lluvia de polvo, provocada por la nube de arena del Sahara. Esto nos ha hecho recordar lo importante que es llevar el mantenimiento de los sistemas al día, en este caso de los sistemas fotovoltaicos.
La pérdida de producción ocasionada por la acumulación de arena en los módulos es inevitable, pero podemos minimizarla si el resto de nuestra instalación está al día, y correctamente mantenida. Si tenemos los diferenciales incorrectos, los armónicos producidos en días nublados podrían hacer que éstos saltaran, y dejar de producir. Si tenemos conexiones débiles o tornillería mal ajustada, los fuertes vientos pueden hacer que algún cable se suelte, o lo que es peor, que se produzcan roturas de las placas. Todo esto evidencia la importancia del mantenimiento preventivo.
Como veis, no se trata solamente de una cuestión de limpieza, sino además de una cuestión de seguridad. Los días en los que va a haber calima y acumulación de tierra, serán pocos a lo largo del año, pero días de lluvia y viento es algo más común, que conviene tener en cuenta.
Un buen mantenimiento, y dimensionamiento previo te aseguran muchos menos quebraderos de cabeza, y poder disfrutar de tu instalación sin preocupaciones. Cuenta siempre con profesionales a tu lado.